Existen muchas razones por la cuales no
logramos salir de lo que yo llamo el CONFORT DEL CAOS, pero una de las causas
más frecuentes es la de mantenerse viviendo un triángulo dramático, ya que esto
no nos permite aceptar la responsabilidad que tenemos sobre los resultados de
nuestros actos.
Constantemente escucho cómo las personas
culpan a los demás de los errores que comenten en sus vidas. Sobre este tema
existe un libro fantástico que leí hace muchísimos años, de título “LA CULPA ES
DE LA VACA” y que actualmente está en boga.
Las personas que asumen este comportamiento
por lo general no se disculpan al menos que se les coloque en posición
incómoda, y muy probablemente terminen disculpándose solo con la finalidad de
salir de la situación del momento porque ni siquiera están conscientes de lo
que hacen. La posición que tienen frente a la vida es de víctimas, agresor o
protector según sea el caso.
Este escrito va dirigido a todos los que
asumen estas actitudes y mi intención no será nunca juzgarlos. El motivo por el
cual escribo esto es porque observo cómo las personas viven sumidas en una
absoluta infelicidad y quiero invitarlos a reflexionar, ya que veo con tristeza
que por más que intenten encontrar la felicidad interior esto no será posible
si no dejan de culpar a los demás y de sentirse víctimas de su parejas, sus
padres, sus amigos y hasta de su jefe.
Afrontemos esta situación: nadie es culpable
de los resultados de otra persona. En la vida tenemos la opción maravillosa de
crear nuestros sueños, entre ellos nuestros vínculos emocionales y racionales
aunque no nos gusten los resultados. Por lo tanto, el día que aceptemos que
solo oímos y vemos lo que nos conviene para mantenernos en lo que se denomina
en inteligencia emocional TRIÁNGULO DRAMÁTICO, es decir víctima, agresor o
protector, jugando un juego que solo nos lleva a un círculo vicioso y que no
nos permite salir de él, ese día se producirá un cambio positivo en nuestras
vidas.
La ilusión de vida que creamos con estas tres
posturas solo nos sirve para desarrollar un drama de control frente a una
situación o persona, y el resultado es negativo porque lo único que logramos
con eso es sabotear nuestra felicidad y la de nuestros seres queridos.
Si aceptamos los errores que cometemos con
responsabilidad y decidimos cambiar, automáticamente nos sentiremos distintos y
receptivos a mejorar nuestra condición de vida sin culpar a los demás. Esto nos
invita a rechazar actitudes de:
1.- Víctima: Cuando se nos hace una alerta en
el comportamiento e intentamos dar lástima para evadir la responsabilidad.
2.- Agresor pasivo o activo: Comportándonos
de tal forma que solo provocamos situaciones para sabotear los sueños de los
seres queridos porque estamos disgustados o porque no logramos obtener de ellos
lo que deseamos.
3.- Protector: Intentando mostrar que podemos
hasta ser las muletas de los seres que nos rodean con la finalidad de
controlarlos y manipularlos.
Y así, dependiendo de cuál sea el caso,
brincamos de una actitud a otra para mantenernos enganchados en una relación
que solo nos provoca un confort en el caos que vivimos.
Sé que no es fácil salir de esos dramas de
control y que la mayoría de las veces ocurre de forma inconsciente; solo
intento dar el conocimiento aprendido ya que una vez que tomé consciencia pude
notar que no era un camino sano para mi calidad de vida, y desde allí todo
cambió en mi mundo interior.
Quiero aclarar que no van a desaparecer de tu
mundo seres que intenten controlarte con estas tres actitudes, es solo que tú
ya no te engancharás en esos dramas y todo el que se acerque a ti en ese plan
al final tendrá que retirarse porque no sabe vivir de otra forma, y contigo no
logra el escenario que desea.
Para todas aquellas personas que deseen
conocer un poco más sobre el triángulo dramático, los invito a buscar en
internet o cualquier librería este concepto. En análisis transaccional también
existe un libro que explica muy bien este drama y lleva por título "LA
PERSONA MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA ERES TÚ".
Fuente: www.caminosalser.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario