martes, 29 de mayo de 2012

La Felicidad Interna Bruta




En la sociedad del consumismo y la inmediatez en la que vivimos, parece ser que lo que determina la felicidad está relacionado con la cantidad más que con la calidad: es decir, aquel que más posee (casi siempre en referencia a bienes materiales), es el más feliz.

Si bien existen indicadores mensurables como el nivel de alfabetismo, de expectativa de vida o de servicios de salud pública, que pueden ser puestos en cifras objetivas, también hay toda una serie de indicadores que pertenecen al aspecto subjetivo de cada persona, referentes a los ámbitos emotivo y psicológico (por ejemplo, en un estudio se dice que la "libertad de elección y la tolerancia" tienen mucha influencia en el nivel de felicidad).

Puede que para muchos sea evidente que la felicidad va más allá de lo medible y objetivo, pero a nivel nacional y oficial fue Jigme Singye Wangchuck, el cuarto monarca del pequeño reino asiático de Bután quien, en 1972, acuñó el concepto de Felicidad Bruta Interna (FBI) en lugar del tradicional Producto Bruto Interno (PBI), para medir efectivamente la calidad de vida de un país.

Por regla general, el PBI de un país (basado en el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en un periodo determinado) marca el progreso del mismo y, por ende, su nivel de calidad de vida. Contrario a esa corriente, el rey de Bután decidió que "la felicidad de las personas se convertía en el propósito del desarrollo" de su país.

Para determinar la Felicidad Nacional Bruta se creó un cuestionario largo y complejo que intenta abarcar todas las áreas humanas. Los indicadores de dicho cuestionario incluyen tanto las dimensiones objetivas como las subjetivas de la vida. Por citar un ejemplo: "la percepción de las personas sobre su propia seguridad es tan importante en determinar la felicidad como las estadísticas objetivas de crimen".

Bután es un país pequeño, de casi 700.000 habitantes, situado entre la India y la parte tibetana de China, con tradición de monarquía absoluta que ha variado a una monarquía constitucional en los últimos años, conjuntamente con la intención de desarrollar la idea de FBI iniciada por el cuarto rey (actualmente hay un quinto rey en funciones, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, hijo mayor de Singye Wangchuck).

Es importante destacar que Bután es un país de mayoría budista (alrededor del 75 %), con el resto de habitantes, sobre todo en la zona sur, de religión hindú. Es justamente esta tradición espiritual-religiosa del país la que influenció al rey a desarrollar el concepto de FBI incluyendo como indicadores todo el abanico subjetivo-interior del ser humano. Solo con una fuerte base espiritual me parece factible dar igual importancia a los aspectos internos del ser humano que a los externos y, además, tener el coraje de aplicarlo como un programa a nivel nacional.

Las variables principales que tiene en cuenta el Centro de Estudios de Bután para determinar la Felicidad Bruta Interna son nueve e incluyen Ecología que considera, entre otros, el "nivel de contaminación de los ríos", "los métodos de reciclaje", "la plantación de árboles" y el nivel de "conocimiento de las especies de fauna y flora".

También sobresalen los indicadores de Vitalidad comunal ("confianza en los vecinos"; "socialización con amigos"; "los miembros de su familia discuten demasiado") y Buen gobierno ("libertad de opinión"; "accionar del gobierno en reducir la brecha entre ricos y pobres"; "confianza en los medios de comunicación").

De las nueve variables, la que más me interesa destacar es la de Bienestar psicológico, que incluye opciones como "frecuencia de sentimiento egoísta/de celos/de generosidad/de compasión/frustración/calma"; "frecuencia de pensamientos suicidas" y "aflicción mental".

Es decir que se toman en cuenta las vicisitudes emocionales de una persona para juzgar su felicidad. Ya sé que esto es obvio, pero en general la felicidad de un país no se mide así.

Como ya he dicho, el cuestionario completo es largo y complejo (pueden descargarlo en inglés aquí) y por tanto lo realizan personas preparadas específicamente, que van casa por casa, al estilo de los censos nacionales.

Muy probablemente, la felicidad de un país nunca podrá ser determinada por un cuestionario, por más bien hecho que sea. De todos modos, estoy convencido de que para medir realmente la felicidad de una persona (o comunidad) el enfoque que hacen en Bután es mucho más certero que el enfoque adoptado mundialmente y que se basa en la simple acumulación de capitales.


Fuente: Inspirulina.com

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