En la sociedad del consumismo y la inmediatez
en la que vivimos, parece ser que lo que determina la felicidad está
relacionado con la cantidad más que con la calidad: es decir, aquel que más
posee (casi siempre en referencia a bienes materiales), es el más feliz.
Si bien existen indicadores mensurables como
el nivel de alfabetismo, de expectativa de vida o de servicios de salud
pública, que pueden ser puestos en cifras objetivas, también hay toda una serie
de indicadores que pertenecen al aspecto subjetivo de cada persona, referentes
a los ámbitos emotivo y psicológico (por ejemplo, en un estudio se dice que la
"libertad de elección y la tolerancia" tienen mucha influencia en el
nivel de felicidad).
Puede que para muchos sea evidente que la
felicidad va más allá de lo medible y objetivo, pero a nivel nacional y oficial
fue Jigme Singye Wangchuck, el cuarto monarca del pequeño reino asiático de
Bután quien, en 1972, acuñó el concepto de Felicidad Bruta Interna (FBI) en
lugar del tradicional Producto Bruto Interno (PBI), para medir efectivamente la
calidad de vida de un país.
Por regla general, el PBI de un país (basado
en el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en un periodo
determinado) marca el progreso del mismo y, por ende, su nivel de calidad de
vida. Contrario a esa corriente, el rey de Bután decidió que "la felicidad
de las personas se convertía en el propósito del desarrollo" de su país.
Para determinar la Felicidad Nacional Bruta
se creó un cuestionario largo y complejo que intenta abarcar todas las áreas
humanas. Los indicadores de dicho cuestionario incluyen tanto las dimensiones
objetivas como las subjetivas de la vida. Por citar un ejemplo: "la
percepción de las personas sobre su propia seguridad es tan importante en
determinar la felicidad como las estadísticas objetivas de crimen".
Bután es un país pequeño, de casi 700.000
habitantes, situado entre la India y la parte tibetana de China, con tradición
de monarquía absoluta que ha variado a una monarquía constitucional en los
últimos años, conjuntamente con la intención de desarrollar la idea de FBI
iniciada por el cuarto rey (actualmente hay un quinto rey en funciones, Jigme
Khesar Namgyel Wangchuck, hijo mayor de Singye Wangchuck).
Es importante destacar que Bután es un país
de mayoría budista (alrededor del 75 %), con el resto de habitantes, sobre todo
en la zona sur, de religión hindú. Es justamente esta tradición
espiritual-religiosa del país la que influenció al rey a desarrollar el
concepto de FBI incluyendo como indicadores todo el abanico subjetivo-interior
del ser humano. Solo con una fuerte base espiritual me parece factible dar
igual importancia a los aspectos internos del ser humano que a los externos y,
además, tener el coraje de aplicarlo como un programa a nivel nacional.
Las variables principales que tiene en cuenta
el Centro de Estudios de Bután para determinar la Felicidad Bruta Interna son
nueve e incluyen Ecología que considera, entre otros, el "nivel de
contaminación de los ríos", "los métodos de reciclaje", "la
plantación de árboles" y el nivel de "conocimiento de las especies de
fauna y flora".
También sobresalen los indicadores de
Vitalidad comunal ("confianza en los vecinos"; "socialización
con amigos"; "los miembros de su familia discuten demasiado") y
Buen gobierno ("libertad de opinión"; "accionar del gobierno en
reducir la brecha entre ricos y pobres"; "confianza en los medios de
comunicación").
De las nueve variables, la que más me
interesa destacar es la de Bienestar psicológico, que incluye opciones como
"frecuencia de sentimiento egoísta/de celos/de generosidad/de
compasión/frustración/calma"; "frecuencia de pensamientos
suicidas" y "aflicción mental".
Es decir que se toman en cuenta las
vicisitudes emocionales de una persona para juzgar su felicidad. Ya sé que esto
es obvio, pero en general la felicidad de un país no se mide así.
Como ya he dicho, el cuestionario completo es
largo y complejo (pueden descargarlo en inglés aquí) y por tanto lo realizan personas
preparadas específicamente, que van casa por casa, al estilo de los censos
nacionales.
Muy probablemente, la felicidad de un país
nunca podrá ser determinada por un cuestionario, por más bien hecho que sea. De
todos modos, estoy convencido de que para medir realmente la felicidad de una
persona (o comunidad) el enfoque que hacen en Bután es mucho más certero que el
enfoque adoptado mundialmente y que se basa en la simple acumulación de
capitales.
Fuente: Inspirulina.com
Fuente: Inspirulina.com
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