Dios Dijo:
Amado, te estoy diciendo cómo debes verte. Vete como el Ser de Dios que eres. Tú debes saber que vales. Entérate de eso, y luego despreocúpate. Nadie más necesita saberlo. No debes hablar tanto. No debes decir una palabra acerca de tu valor. Hay algunas cosas sobre las que debes permanecer silencioso, y ésta es una de ellas. Guárdate tu valor para ti mismo. Me refiero a las palabras.
En la acción, revélate. En el hecho de ser, revélate. Con tu presencia, revélate. Sé un bálsamo para el mundo. Deja que los demás piensen como quieran acerca de ti. Déjales pensar que eres un santo o un pecador. Tú debes saber que no eres ninguno de los dos. Tarde o temprano, los demás se darán cuenta.
No tiene sentido para ti llevar medallas de valor espiritual sobre el pecho. ¿Qué llevaban los Grandes? Vestían togas sencillas. No se señalaban a sí mismos. No eran atractivos. Buda se sentaba bajo un árbol. No tenía luces de neón señalándolo. No se ponía bajo una luz. No se paraba en un pedestal. No se sentaba en un trono. Se sentaba bajo una higuera. Era el hombre más modesto del mundo.
Cristo nunca dijo: "Mírenme, ¡qué culto soy! Los cultos Me reconocen a Mí y no se rconocen a sí mismos. ¿Quién necesita saber lo maravilloso que eres? Es suficiente con que Yo lo sepa. Deja que eso sea suficiente para todos. Sé un anunciante de la Verdad y no de tus capacidades. Quizás otros hagan lo mismo.
Todos son Seres Divinos. No hay que decir nada más. Ningún ser Divino debe ser adorado ni recibir atribuciones. Es sabido que eres un Ser Divino. También es sabido que eres un Ser Humano con todos los accesorios que eso implica. En el mundo relativo, sólo eres un hombre o una mujer.
Cuando Cristo habitaba en la Tierra, no buscaba aprobación. No se refería para nada a sí mismo y no quería que otros tampoco limitaran sus pensamientos a él. Él hablaba de Mí y eso es lo que quería de los demás. Todos los Grandes Me servían y no esperaban saber las impresiones que los demás tuvieran de ellos. Ellos sabían hacia dónde querían que tú mires, y precisamente no era hacia donde estaban ellos.
Sé un Ser Humano noble. Sí, sélo, y sé el último en saberlo. ¿Entiendes lo que digo? No hagas alarde sobre ti, ni alientes a otro a que haga alarde sobre ti o a que te agrande. Tú no estás hecho de un material insignificante. Estás hecho de amor.
Amarte a ti mismo no es emperifollarte. No es una postura. Ámate modestamente. No grites tus méritos desde los tejados. Lo que es, es, y lo que no es, no es. No hace falta decir nada más. El amor se revela, pero no tiene que venir en un paquete extravagante. Ahorra saliva, amado, para cosas más importantes que las opiniones de los demás sobre ti. Ahórrales a los demás la pérdida de tiempo y de sus corazones y almas.
Estás hecho a Mi imagen, sí, verdaderamente. No permitas que nadie te diga que él es un gran jefe. Y no te digas a ti mismo que tú lo eres. Todos son simples servidores de Dios. Nadie va a tener bandas de música anunciando su llegada. Nadie quiere que nadie le cante sus alabanzas. Son mis alabanzas las que quieres que se canten. Tienes que servir mucho para admirar o ser admirado. Eres Mi Hijo Divino. Y todos los demás también lo son.
Esto no es menospreciarte, amado. Cuando digo que toda la Gloria es Mía, ¿realmente desearías que fuera de otra manera?
Traducido por: Cecilia R
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Gloria Wendroff, Overseer
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