martes, 8 de febrero de 2011

La Revolución del Yogui que busca destruir la Persecución del Hombre sobre si mimo



Se suele ver pasar a estos humanos actuales, con sus Chakras averiados… Sus campos de energías sucios… Sus grandes inseguridades de la época: … El amor destruido en el concepto de pareja; y en el concepto Universal… Las inseguridades, de no tener algo realmente propio en el sentimiento… La inseguridad y el dolor de sentirse solos… La inseguridad y el dolor de los vacíos físicos, mentales, y espirituales, los ataques de pánico… Los ataques de locura temporaria, producidos por la energía de la impotencia y apoyado por la ira… Y acrecentados por las magias rojas, negras y marrones, y otros coloridos que se usan en la actualidad…. Son estados de cosas que empujan a la persona, a odiar a los sistemas de la sociedad, aunque parezcan disfrutar lo que toman…

Se los ve pasar, rebeldes; considerando que todo está mal… Viendo como van a hacer para descargar suciamente sus energías en la noche… Después de un aparente día de frustraciones…

Han aprendido malamente a no entender que deben tomar lo que Dios les envía… Que no pueden exigir más de lo que están preparados para dar… Que deben entrenarse; Probarse y cultivarse… Para poder tener una vida enorme y bella y triunfante de verdad.

Y así como la Luz está en el espacio del Mundo Espiritual… También podemos hacerla descender y ejercitar en el espacio de la Tierra de los hombres… Que así como Dios está entre Arcángeles y Ángeles… También puede estar entre nuestras decisiones y definiciones de existencia…

Tenemos que hacer descender el Paraíso a la Tierra.

Tienen que reunirse a pedir en Grupos de Fuerza Síquica y Espiritual:… Acechándose a si mismos, trabajando y pidiendo sobre las propias imperfecciones, para sacarlas… La Gran Meditación Ancestral del Cosmos tiene que manejarse…

Generación tras generación, La vida del Yogui Imperfecto. Los debe llevar, a la vida del Yogui Superior… Donde nada se le podrá cuestionar: Por que estará en la Ciencia del Amor.


El Mensajero.



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